-Y me viene a la mente decir algo que puede ser una insensatez, o quizás una herejía, no sé. Francisco, Jornada Unidad Cristiana. Fénix, 23-V-15
Hæc est hora vestra et potestas tenebrarum (Lc.22:53)

martes, 30 de diciembre de 2014

Mons. Fellay cita a mons. Ratzinger

Roma, lunes 29 de agosto de 2005

En la última Carta a los amigos y bienhechores, mons. Fellay cita a mons. Ratzinger:
"Hace ya 17 años, el futuro Benedicto XVI presentaba su visión del futuro de la Iglesia: entonces parecía muy pesimista. Preveía una tal fragmentación del Cuerpo Místico que quedaría reducido a un conjunto de pequeños grupos aún vivos, pero en medio de una decadencia generalizada:
Tal vez debemos decir adiós a la idea de una Iglesia que reúne a todos los pueblos. Puede ser que estemos en medio de una nueva era de la historia de la Iglesia, constituida de un modo totalmente diferente, donde el cristianismo existirá más bien bajo el signo del grano de mostaza, en pequeños grupos aparentemente sin importancia, pero que vivirán intensamente para luchar contra el mal y sembrar el bien en el mundo...

Se parecerá menos a las grandes sociedades, será más bien la Iglesia de las minorías, se perpetuará en los pequeños círculos vivos, donde gente convencida y creyente actuará según su fe. Pero es precisamente de ese modo que volverá a ser, como dice la Biblia, «la sal de la tierra»."

Le Sel de la Terre, Flammarion 1997, pp. 16, 214 (traducción de la redacción [de DICI])
¿Esta visión es fruto de la sagacidad personal del cardenal Josef Ratzinger, o se inspira en otra fuente[1] como el secreto de Fátima? Sólo él puede saberlo."

Cfr. Mons. Bernard Fellay: Carta a los Amigos y Bienhechores n° 83, DICI, 21 de noviembre de 2014
Mons. Felay cita a mons. Ratzinger por las apariciones de Fátima en cuya interpretación literal, siguiendo a los jesuitas Dhanis y Staelin, no cree, y por una visión futura de la Iglesia basada en pequeñas comunidades unidas de forma laxa por la praxis socio-pastoral, no por el vínculo de la Fe. Pero lo cita como si mons. Ratzinger creyera en la interpretación literal de Fátima, y como si viera en las comunidades tradicionales el futuro de la Iglesia. La realidad es bien diferente.

Ésta[2] es la opinión que mons. Ratzinger tiene de las comunicades tradicionales:
¿Fue el Concilio un camino equivocado que debemos desandar para salvar la Iglesia? Son cada vez más altas las voces que así lo afirman y sus partidarios son cada vez más numerosos. Entre los fenómenos innegables de los últimos años se encuentra el del constante crecimiento de grupos integristas en los que encuentra respuesta el anhelo de piedad, de calor del misterio... Es indudable que hay ahí zelotismo sectario, que es el polo opuesto del catolicismo. Nunca se ofrecerá demasiada resistencia a esa tendencia...

Lo que ha devastado la Iglesia del último decenio no ha sido el Concilio sino la negativa a aceptarlo...


Cfr. J. Ratzinger: Teoría de los principios teológicos. Barcelona: Herder, 1985, pp. 468, 469
Respecto a la opinión[3] que mons. Ratzinger tiene de Fátima, nótese que habla de "visiones", no de "apariciones", asociadas a hechos y circunstancias del pasado, no del futuro:
Quien lee con atención el texto del llamado tercer "secreto" de Fátima... tal vez quedará desilusionado o asombrado después de todas las especulaciones que se han hecho. No se revela ningún gran misterio; no se ha corrido el velo del futuro. Vemos a la Iglesia de los mártires del siglo apenas transcurrido representada mediante una escena descrita con un lenguaje simbólico difícil de descifrar. ¿Es esto lo que quería comunicar la Madre del Señor a la cristiandad, a la humanidad en un tiempo de grandes problemas y angustias? ¿Nos es de ayuda al inicio del nuevo milenio? O más bien ¿son solamente proyecciones del mundo interior de unos niños crecidos en un ambiente de profunda piedad, pero que a la vez estaban turbados por las tragedias que amenazaban su tiempo?...

El sujeto, el vidente... ve con sus concretas posibilidades, con las modalidades de representación y de conocimiento que le son accesibles. En la visión interior se trata... de un proceso de traducción, de modo que el sujeto es esencialmente copartícipe en la formación como imagen de lo que aparece. La imagen puede llegar solamente según sus medidas y sus posibilidades. Tales visiones nunca son simples «fotografías» del más allá, sino que llevan en sí también las posibilidades y los límites del sujeto perceptor. Esto se puede comprender en todas las grandes visiones de los santos; naturalmente, vale también para las visiones de los niños de Fátima. Las imágenes que ellos describen... no son... como si por un momento se quitara el velo del más allá y el cielo apareciese en su esencia pura, tal como nosotros esperamos verlo un día en la definitiva unión con Dios... A este respecto, no todo elemento visivo debe tener un concreto sentido histórico. Lo que cuenta es la visión como conjunto...

Hemos llegado así a una última pregunta: ¿Qué significa en su conjunto (en sus tres partes) el «secreto» de Fátima? ¿Qué nos dice a nosotros? Ante todo, debemos afirmar con el Cardenal Sodano: « ...los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del «secreto» de Fátima, parecen pertenecer ya al pasado». En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos, ya pertenecen al pasado. Quien había esperado en impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la historia debe quedar desilusionado... Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras reflexiones sobre el texto del «secreto»: la exhortación a la oración como camino para la «salvación de las almas» y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión...


Cfr. Card. J. Ratzinger: El mensaje de Fátima, 26 de junio de 2000
Mons. Fellay está al tanto de todo esto. No tenía ninguna necesidad de citar a mons. Ratzinger en esta Carta a los amigos y bienhechores. Pero lo ha hecho, obligándonos a leer sus palabras a la luz de las de mons. Ratzinger.

Él sabrá por qué.

COUGAR

________________________________________________________________________

[1] No se trata de una idea original. Esa misma visión del futuro de la Iglesia ya había sido expuesta por Charles Moeller en el Prefacio al primer tomo de su Litterature Du XXe Siècle Et Christianisme, I. Silence De Dieu, Paris: Éditions Casterman, 1953:
Si apenas hay ya cristiandad, en cambio sí hay cristianos. Cristianos escogidos; que preparan el futuro en secreto. El hecho de que haya... algunos creyentes fervorosos, que tienen una vida espiritual infinitamente más exigente que la de nuestros padres en la fe (me refiero a los del siglo XIX), constituye una esperanza y una alegría. La apostasía planetaria de los conjuntos sociales se compensa con el vigor de la fe de los grupos selectos...

Es en la paciencia donde estas pequeñas comunidades cristianas verán, un día, no el triunfo visible de la Iglesia, sino su crecimiento en profundidad.


Cfr. Charles Moeller: Literatura del Siglo XX y Cristianismo. I: El silencio de Dios, Madrid: Gredos, 1981, pp. 19, 20
[2] Reeditado dentro de sus Obras Completas, en edición a cargo de mons. Gerhard Ludwig Müler. Los 16 volúmenes están en curso de publicación.

[3] Más explicaciones de mons. Ratzinger respecto a Fátima:
Los niños han experimentado durante un instante terrible una visión del infierno. Han visto la caída de las «almas de los pobres pecadores». Y se les dice por qué se les ha hecho pasar por ese momento: para «salvarlas»... Para este objetivo se indica como camino -de un modo sorprendente para personas provenientes del ámbito cultural anglosajón y alemán- la devoción al Corazón Inmaculado de María... Como palabra clave de la primera y de la segunda parte del «secreto» hemos descubierto la de «salvar las almas», así como la palabra clave de este «secreto» es el triple grito: «¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!»... Esta es la respuesta adecuada al momento histórico, que se caracteriza por grandes peligros y que serán descritos en las imágenes sucesivas. Me permito insertar aquí un recuerdo personal: en una conversación conmigo Sor Lucia me dijo que le resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto...

Tomemos ahora en consideración cada una de las imágenes que siguen en el texto del «secreto». El lugar de la acción aparece descrito con tres símbolos: una montaña escarpada, una grande ciudad medio en ruinas y, finalmente, una gran cruz de troncos rústicos. Montaña y ciudad simbolizan el lugar de la historia humana: la historia como costosa subida hacia lo alto, la historia como lugar de la humana creatividad y de la convivencia, pero al mismo tiempo como lugar de las destrucciones, en las cuales el hombre destruye la obra de su propio trabajo. La ciudad puede ser el lugar de comunión y de progreso, pero también el lugar del peligro y de la amenaza más extrema. Sobre la montaña está la cruz, meta y punto de orientación de la historia. En la cruz la destrucción se transforma en salvación; se levanta como signo de la miseria de la historia y como promesa para la misma.

Aparecen después aquí personas humanas: el Obispo vestido de blanco («hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre»), otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y, finalmente, hombres y mujeres de todas las clases y estratos sociales. El Papa parece que precede a los otros, temblando y sufriendo por todos los horrores que lo rodean. No sólo las casas de la ciudad están medio en ruinas, sino que su camino pasa en medio de los cuerpos de los muertos. El camino de la Iglesia se describe así como un viacrucis, como camino en un tiempo de violencia, de destrucciones y de persecuciones. Se puede ver representada en esta imagen la historia de todo un siglo. Del mismo modo que los lugares de la tierra están sintéticamente representados en las dos imágenes de la montaña y de la ciudad y están orientados hacia la cruz, también los tiempos son presentados de forma compacta. En la visión podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los mártires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, como el siglo de las guerras mundiales y de muchas guerras locales que han llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el «espejo» de esta visión vemos pasar a los testigos de la fe de decenios...

En el viacrucis de este siglo, la figura del Papa tiene un papel especial. En su fatigoso subir a la montaña podemos encontrar indicados con seguridad juntos diversos Papas, que empezando por Pío X hasta el Papa actual han compartido los sufrimientos de este siglo y se han esforzado por avanzar entre ellas por el camino que lleva a la cruz. En la visión también el Papa es matado en el camino de los mártires. ¿No podía el Santo Padre, cuando después del atentado del 13 de mayo de 1981 se hizo llevar el texto de la tercera parte del «secreto», reconocer en él su propio destino? Había estado muy cerca de las puertas de la muerte y él mismo explicó el haberse salvado, con las siguientes palabras: «...fue una mano materna a guiar la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se paró en el umbral de la muerte» (13 de mayo de 1994)...

La conclusión del «secreto» recuerda imágenes que Lucía puede haber visto en libros de piedad y cuyo contenido deriva de antiguas intuiciones de fe. Es una visión consoladora, que quiere hacer maleable por el poder salvador de Dios una historia de sangre y lágrimas.


Cfr. Mons. Ratzinger: El mensaje de Fátima, 26 de junio de 2000


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy simple. La cita a Ratzinger, tiene que ver con el texto del tercer secreto, que Roma a ocultado, y que Ratzinger conoce.
Y Mons. Fellay deduce que la susodicha prediccion de Mons. Ratzinger de hace 17 años, tendría que ver con dicho tercer secreto, por lo impensable en ese momento de dicha predicción, pero lo real que se está haciendo ahora. Todo ello mas allá de lo que quiera o piense Mons Ratzinger, lo que le da mas valor aún

Chaussetier dijo...

La idea de una "nueva" Iglesia formada a partir de pequeñas comunidades-base es un proyecto modernista largamente planeado, tal y como demuestra el texto de Moeller, publicado hace 61 años, en 1953.

Cuando Ratzinger se refiere a esas comunidades-base, no está pensando en la unidad de la Fe basada en la Tradición sino en la unidad de acción pastoral según la situación de cada momento histórico.

Lo llamativo del asunto es que Fellay cite a Ratzinger sin alertar a los fieles sobre el significado y las implicaciones de las previsiones ratzingerianas: la neutralización total de la Tradición.

Wast Meinvielle de Caponetto dijo...

Oremos por Monseñor Fellay, es buen hombre, buen obispo pero cuanto daño ha hecho a la FSSPX. Sinceramente, espero que se vaya cuanto antes, sin rencor, sin rabia lo digo, pero es la pura verdad. Abunda la división donde más debería existir unidad.
El preámbulo doctrinal de abril de 2012, le habría dado un infarto, de tan solo oirlo, a Monseñor Lefebvre. Si, se retracto, si, y todo eso, pero las malas señales solo continúan, los malos indicios, movidas, etc.
Discutir con Roma no es intentar buscar un utópico, falso y mentiroso "punto de encuentro" sobre el Vaticano II y el Neo-Magisterio, sino que exponer clara y sin ambagues los inmensos problemas, contradicciones y hasta herejías que hay desde el CVII, pasando por los Papas conciliares hasta Jorge Mario Bergoglio.
Que se enojen, que nos excomulguen de nuevo, pero que la verdad prevalezca.

Prefiero mil veces a Monseñor Tissier de Mallerais. ¿Por que no asume el, de una vez por todas el mando de la FSSPX?. Monseñor Tissier es un grande, un grande con todas las letras. Sabe muchísimo, muchísimo, a el no le vienen con cuentos de la continuidad y eso, sus sermones son potentes, habla como un verdadero obispo, a millones de años luz de Bergoglio, ataca al error, es combativo, sin ser montaraz o "salvaje". El sería capaz de reconciliar con la Resistencia, hay laicos, y sacerdotes muy valiosos que se han ido a la Resistencia, desconfiando de la política de Raillenment de Monseñor Fellay, otros derechamente expulsados...
Es preocupante ver en Monseñor Fellay tanta ilusión con Ratzinger. ¿No se acuerda que Lefebvre lo consideraba no solo un hereje sino "un anticristo"!!?. ¿No sabe que escribió INTRODUCCIÓN AL CRISTIANIMO, libro plagado de herejías, cristianismo "gnóstico" al mil por ciento?. ¿No sabe que su libro PRINCIPPIOS DE TEOLOGIA "CATÓLICA" afirma otras innumerables herejías? ¿No sabe que, Ratzinger ha negado implicitamente la divinidad de Cristo?.
Hay que ser contundente y decirle NO a esta impostura de poner a Ratzinger como un supuesto conservador, ortodoxo, incluso tradicional. Es HEGELIANO. Por lo tanto, cualquier cosa es posible. Me duele ver a Monseñor Fellay así, lo aprecio, lo respeto, pero las cosas se dicen, no se callan. Oremos por el, para que Dios le de una gracia de fortaleza el año que viene, y deje el acuerdismo y se ponga los pantalones. Esto es la FSSPX, no es una comunidad Ecclesia Dei, que pese a todo el aprecio que tengo por sus miembros, ESTOY COMPLETAMENTE en desacuerdo con su falsa interpertación del CVII. Hay que desenmascarar la falsedad de la hermenéutica de la continuidad, de la interpretación "tomista" del CVII, de esa supuesta erudición y prudencia que no es sino cobardía y linea media, en intentar "salvar la premisa", "apertura mental", etc. Las cosas son lo que son, tienen un ser real en si mismas, no un valor según lo que se les asigne.
Espero que si lo lee alguien de la FSSPX, me responda y entienda, oremos por Monseñor Fellay, lo digo con toda la mejor intención. Y dejen de considerar a los de la Resistencia como "enemigos". No comparto su actitud tan pesada con la FSSPX pero no poca razón tienen...
Acuerdo habrá cuando Roma haya vuelto a ser católica. Pero falta mucho, pues ahora están en el modernismo conciliar, en la religión conciliar.

Cougar Puma dijo...

1. El texto de monseñor Fellay ignora de forma deliberada detalles de gran importancia. Y los ignora de forma deliberada porque monseñor Fellay está perfectamente al tanto de ellos:

A) "Hace ya 17 años, el futuro Benedicto XVI presentaba su visión del futuro de la Iglesia: entonces parecía muy pesimista. Preveía una tal fragmentación del Cuerpo Místico que quedaría reducido a un conjunto de pequeños grupos"

Tal y como podemos ver en el texto citado de su "Teoría de los principios teológicos", esa visión ratzingeriana de la Iglesia del futuro no incluye a la Tradición. Y esos movimientos-base no se articularán alrededor de la regla de Fe sino alrededor de la praxis pastoral del momento ("para luchar contra el mal y sembrar el bien en el mundo... gente convencida y creyente actuará según su fe"). Pero mons. Fellay no advierte a los lectores de su carta de ninguno de esos dos "pequeños" detalles.

B) "¿Esta visión es fruto de la sagacidad personal del cardenal Josef Ratzinger, o se inspira en otra fuente[1] como el secreto de Fátima?"

Dado que el texto citado de Moeller (en la nota 1) es de 1953, y mons. Ratzinger no accedió al contenido del Tercer Secreto hasta mucho más tarde, resulta difícil justificar que mons. Ratzinger tomara su idea precisamente del Tercer Secreto y no de otro lugar. El caso es que esa visión no es fruto de mons. Ratzinger sino que forma parte de una larga tradición modernista. Pero mons. Fellay tampoco aquí advierte a los lectores de su carta de ese otro "pequeño" detalle.

2. Los tres detalles ignorados de forma deliberada por mons. Fellay contribuyen a presentar a mons. Ratzinger bajo apariencia tradicionalista (sólo quedarán pequeñas comunidades, unidas por la Fe, según el Tercer Secreto).

Anónimo dijo...

M. Fellay no deja como tradicionalista, a Ratzinger, sinó como alguien que, probablemente, oculta las palabras de la Virgen, para luego usarlas como propias.
Esto no tiene nada de tradicional, y suena mas bien a embustero, aprovechador y hasta cínico de parte del ex-papa.
Respecto, a lo que dice Caponetto, del preambulo de 2012; si M. Lefebvre lo leyera, encontraría, que es una copia, casi textual del protocolo que él mismo Lefebvre, suscribiera en mayo de 1988, y que no le sirvió para que Roma le Ordene un Obispo. A M. Fellay, tampoco le sirvió para obtener jurisdicción ordinaria, pero hay que reconocer, que estos años de conversaciones, con mottu propio y desexcomuniones incluidas, han servido para que muchos católicos (laicos, sacerdotes, y hasta cardenaales) redescubrieran la Tradición.
Los que se fueron de la fsspx, la mayoria son ideólogos de la "tradición". Sin ellos, la fsspx, puede enfocarse, mas seriamente, en lo que su fundador dispuso, que es su misión principal, salvar el sacerdocio católico y las consecuencias que de ellos se derivan; y no ser un grupo político ideológico de presión y por ello revolucionario, como pretenden ser los de la resistencia y otros.

Chaussetier dijo...

"M. Fellay no deja como tradicionalista, a Ratzinger, sinó como alguien que, probablemente, oculta las palabras de la Virgen, para luego usarlas como propias."

¿De qué parte de la Carta a amigos y benefactores extrae esa conclusión?

Anónimo dijo...

"¿Esta visión es fruto de la sagacidad personal del cardenal Josef Ratzinger, o se inspira en otra fuente como el secreto de Fátima? Sólo él puede saberlo." ..... "Ya no estamos tan lejos de la visión casi profética del cardenal Ratzinger." (M. Fellay)

Esto no lo dice, el secreto revelado por el Vaticano en el 2000, por lo tanto, sólo lo puede decir, la parte que se ocultó. Por eso dice: "Sólo él puede saberlo."
Eso no tiene nada que ver ni a favor, ni en contra de la Tradicion. Se trata sólo de especular, con que una previsión certera, respecto a la actualidad de la Iglesia, no fue profética, sinó, conocimiento del secreto de Fatima, que se ocultó. Tanto cuesta entender?





Chaussetier dijo...

Lo que cuesta entender es, dentro de la especulación de Fellay, las citas a Ratzinger sin advertir acerca del verdadero (y perverso) sentido de las palabras de Ratzinger.

Usted dice que Fellay deja a Ratzinger como alguien que, probablemente, oculta las palabras de la Virgen en el Tercer Secreto. Y, como prueba textual de esa afirmación, aduce una pregunta retórica de Fellay ("o se inspira en otra fuente como el secreto de Fátima [que ha querido ocultar]?").

Le felicito por la exégesis. Espero que todos los lectores sean capaces de hacerla por sí mismos.

Desgraciadamente, una alusión implícita no puede tomarse como advertencia a los fieles frente al ponzoñoso magisterio ratzingeriano citado.

Lo difícil de entender es que Fellay, tras citar a Ratzinger, no advierta con claridad contra las implicaciones del magisterio que ha citado.

Los grupos de fieles dispersos de Ratzinger son modernistas revolucionarios anti-tradicionalistas.

¿Dónde está la "sagacidad" "profética" de Ratzinger al aceptar el sueño revolucionario de los modernistas, que llevan un siglo laborando por un futuro de la Iglesia basado en pequeñas comunidades modernistas anti-tradicionales?

¿Es eso lo que encierra el Tercer Secreto? ¿Que la Iglesia se va a convertir en una diáspora de comunidades-base progresistas y revolucionarias?

No, claro que no. Porque las comunidades del Tercer Secreto y las de Ratzinger no son las mismas. Pero eso es algo que, desgraciadamente, a Fellay se le ha quedado en el tintero.

¿Es eso algo tan difícil de entender? No, claro que no.

Anónimo dijo...

B) "¿Esta visión es fruto de la sagacidad personal del cardenal Josef Ratzinger, o se inspira en otra fuente[1] como el secreto de Fátima?"
...

yo diría que esta visión es producto de todo su pensamiento modernista y nada más que eso.
http://www.chiesaviva.com/457%20mensile%20spa.pdf

el produjo el monstruo y ahora no lo puede parar... como son estos hombres, montini y Ratzinger... llorando por los rincones la demolición que ellos mismos provocaron, la verdad es que parecen perfectos cínicos.

Anónimo dijo...

http://in-exspectatione.blogspot.com.ar/2015/04/una-pavorosa-cruz-ecumenicaraphael.html


Hablando de comunidades de base...