Fijémonos en Maximilian Krah. En la entrevista publicada en The Remnant, exhibe un buenismo notable . Fijémonos primero en qué es lo
que dice.
En primer lugar, me sorprende cuando dice aquello de “We try to live a
clean and successful life”. Supongo que debe ser el equivalente a decir
que intentan “vivir una intensa vida Fe”.
En segundo lugar, me sorprende la afirmación:
“It was clear that if you are interested in traditional Catholicism, the Latin Mass, etc. then there is one big player and it is the SSPX… So for me it was clear, if I go this step out of the diocese, there is only one place. ”
Y me
sorprende porque hace referencia a la situación de primacía de la SSPX
dentro del tradicionalismo, no a lo verdadero, exacto y ajustado de sus
posiciones. Supongo que también debe ser una forma lícita de mirar las
cosas de Dios...
En tercer lugar, también me sorprende su afirmación:
“I´d like very much to advocate a more optimistic world view… It is just a matter of time before the Traditional liturgy and theology will get back its place. And the same for society… And I just recommend to be optimistic… So stay optimistic!… Doesn´t it shows a lack of trust in God to be always that pessimistic and depressed?”
Supongo que si no me gustan
esas palabras es porque me recuerdan demasiado a la alocución inicial
del beato Papa Juan XXIII en la sesión de apertura del Concilio Vaticano
II. Y porque veo cómo caminan los individuos, las familias y los países
camino de su destrucción. Alegremente, todo sea dicho.
Ahora, fijémonos en qué es lo que calla.
En primer lugar, cuando indica que “the Superior General has given
Bishop Williamson one year to study the facts and ordered him to read a
book on the issue, written by Jean-Claude Pressac” se olvida de recordar
que Pressac, al final de su vida, desesperado, renunció a cualquier
posibilidad de demostrar históricamente la existencia de las cámaras de
gas.
Eso, sin entrar en el “pequeño” detalle de que, por algún extraño
motivo, parece como si Auschwitz hubiera reemplazado al Gólgota como el
suceso ontológico central de la historia de la humanidad.
En segundo lugar, cuando indica que
“the holy places are open; they get protected. They are safe… just calm down and judge by facts. We have to see the facts as they are… they do not harm the Christians there”
Uno no puede sino recordar los ataques a la iglesia de la Natividad,
entre otras muchas, durante la masacre de Jenin, el gran número de
palestinos cristianos que se han visto forzados a abandonar sus lugares
de residencia, o el vandalismo talmúdico que se ceba en las iglesias
cristianas en Tierra Santa.
Además, resulta que el Estado de Israel, al
ser confesionalmente judío, prohibe taxativamente cualquier actividad
misionera cristiana en su territorio, impidiendo la predicación del
Evangelio en la tierra de Jesucristo.
En tercer lugar, cuando afirma que “there is also a rising group of
so-called Hebrew Catholics, who are converted Israeli Citizens” se
olvida de decirnos que quienes los convirtieran tienen que mantener su
residencia fuera del Estado de Israel. Y que su conversión pública hubo
de tener lugar fuera del Estado del Israel. Y que la parroquia en la que
públicamente se reúnen tiene que estar necesariamente fuera del Estado
de Israel.
Creo que ahora ya podemos formarnos un juicio sobre las palabras y
quien las ha pronunciado. Espero no haberlas malinterpretado. He
procurado tener en cuenta que el sr. Krah no es angloparlante nativo.
Evidentemente, estoy abierto a correcciones y sugerencias.
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